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 quiero decirte que hay muchas cosas sucediendo en todo momento, que todo está pasando que todos los sucesos se concatenan en todas direcciones, que hay espacios en que necesito moverme porque mi fisiología y mi neurofisiología es limitada , es como si no sirviera para percibir y canalizar toda la información. Estoy abierta, es como si estuviera siendo en todo, vivo en varias dimensiones a la vez, las cosas que percibo son de otras cosas además de la orgánica o concreta. la mayor parte del tiempo es gozoso, hay eventos angustiantes en que coincide la información, en que estoy lo suficientemente abierta como para divagar entre todas partes y no alcanzo a traducir con claridad. Quiero decir un montón de cosas, pero no sé como decirlas sin deshacer la persona que estoy viviendo, tengo miedo de dejar de ser 18 de enero ... ya no puedo escribir

HABITANTE

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DESCARNADA  

ERA UNA BESTIA BLANCA

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EMPIEZO POR MORIR

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CUERPO DE AGUA

  Entre todas sus presencias, la que más me cautiva es la de los pulsos evidentes, desde cualquiera de sus orillas. Soy de mar, declaré hace años;” soy de mar y lo puedes ver en mi mirada, si hoy ves mis pies es que arranqué: soy trozo de agua; llegué a la orilla y tuve piel para tocarla, un rayo de la luna develó mi espalda”… Quizá reconozco en esos pulsos los mios y por eso me cautiva más, porque mis amplitudes y mis intensidades determinan mis pasos. “Como es adentro, es afuera”. Me gusta el agua, de cuando en cuando me arrimo a alguno de los cuerpos de agua que hay por aquí y canto; hay procesos que no pasan por el cognoscitivo, que salen derecho en la energía y el trabajo de la siempre atenta mente es permitirlo. Le suelto mi canto y así, en frecuencias sonoras la busco y el agua me recibe, me contiene ; me recibe amorosa siempre, con lo que vaya: dicha, ansiedad, angustia, tristeza; me contiene y lava de mi lo que le sobra a mi cuerpo. Nos regulamos entonces, ella y yo, como di

UN MOVIMIENTO HACIA EL EQUILIBRIO

  La doctora Nazareth Castellanos, cita la investigación de F.Vazza y A. Feletti publicada en la revista Frontiers in phisics   y postea en su Instagram: “La arquitectura del cerebro es similar a la del cosmos” https://www.instagram.com/p/CbhFd1EjoZI/       yo leo este post en la micro de vuelta a casa, una mañana de rutina y en seguida el medio percibido por mis sentidos y organizado por mi cerebro comienza a entregarme una visión exquisita de esta similitud en la arquitectura organizacional que detallan los autores en la investigación que puede leer desde este link: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphy.2020.525731/full )   La visión en que me sumí es la siguiente: minúsculas formas brillantes, doradas, que reflejan o producen luz, organizadas en estructuras largas, primero desde arriba, luego en todos lados y de pronto también desde dentro de mi cuerpo y dentro de él, con sensaciones asociadas que empiezan en mis costillas; estas minúsculas formas están en tránsito pero

PULSO

  Inspiro profundamente… mantengo un segundo, dos... tres y dejo que salga el aire; otra profunda inspiración, siento mis costillas, mis costados y… suelto el aire, recorro la actividad electromagnética que puedo percibir en toda la extensión de mi piel; una inspiración más, lenta, larga, sin apuro, dejo que mi cuerpo se expanda y marque el ritmo,   vuelvo mi atención hacia mis vísceras… contengo largo, pongo mi atención e intención en el pulso de mi corazón… un segundo más… y me entrego plácidamente al pulso; el que compartimos, el pulso en el que nos encontramos, en el que nos reconocemos, el que nos contiene. El pulso que me abre a la vida y al aprendizaje en la vida. Reconozco ese pulso en todos los habitantes, en todas las manifestaciones de La Madre. La Madre, el amor primal, la fuente de energía que habitamos y que nos habita, la que construimos con cada pensamiento generado, en todas las palabras, en los sentimientos que elegimos acoger, en las acciones emprendidas, fundidos,

HABITAMOS EL AIRE

  Habitamos el air En esta expresión magnífica de la vida, en esta experiencia humana, habitamos el aire…también. Nuestro cuerpo orgánico interviene el aire en volumen y desplazamientos y se vale de él para bombear los segundos y vivir. Nuestra voz viaja en el aire la mayor parte del tiempo, movilizándolo en ondas armonizantes a veces, disruptivas otras veces; portando melodías o palabras en todos los lenguajes e idiomas… o en inventos juguetones, espontáneos de palabras fusionadas y términos graciosos invisibles para las RAEs de las lenguas oficializadas. O abriendo poderosos núcleos energéticos cuando porta fonemas y mantras, cuando conjura conciencia y voluntad, atención e intención en un fin ancestro, mayor que la laringe que la emite a través del aire y en el aire, movilizando partículas, transformando átomos, cristalizándose en emociones sentidas por la orilla a la que llegan estas frecuencias: una planta, un perro, un humano… provocando cambios, eligiendo posibilidades, deci